Ha sido duro verte ahí tumbadito sin tu mantita…tu mantita rosa, la que no te pesaba, la que tampoco de abrigaba una mierda, pero con la que tú estabas cómodo. Ha sido duro verte con el boqui cerrado, tú que nunca callabas. Ha sido duro no escucharte toser, ni respirar fuerte, ni suspirar. Ha sido duro hasta no oírte pedir agüita ni tus “que manos más frías tienes niña”. Ha sido duro no verte reir, pero más duro ha sido no poder tocarte las narices agarrándote la papada y tirándote de las orejas, o que no me acaricies la manita. Carlitos decía que parecía que te movías, pero nada de eso, estabas más tieso que otra cosa.

Sabes que te quiero mucho y hasta la abuela sabe que tú me querías a mí más que a nadie; ya podías haber disimulado. Eres un grande abuelo, y te quiero, gracias por cada palabra sabia y gracias por decir que qué novio más majo tengo, aunque abu, ya no estamos juntos y sí le echo de menos igual que te echo de menos a ti, pero hay que ser fuertes a qué sí. Te admiro y te recuerdo para siempre desde aquí hasta que te llame para que me abras las puertas del cielo.

PD resérvame una nube verde por fis

Buen viaje Calabacita.

Hoy me he levantado y el dolor me ha oprimido el pecho, y me he dado cuenta de que no estabas tú. Me he vuelto a la cama y he apagado la luz. Y la verdad me ha explotado en la cara, y quizás haya alargado demasiado la evasión, y quizás ahora me vaya a doler más. Pero solo quería decirte que … te quiero, volvamos a empezar.

Otra vez, el reloj se ha parado otra vez, y me hago pequeñita y otra vez no estás tú, no estás tú para abrazarme, para hacerme grande, para transmitir esas ganas de comerme el mundo, de ser quien quiero ser, de mejorar, de hacer locuras por cambiar el mundo, ganas de patearme Madrid de tu mano, de correr esperando que vengas persiguiéndome, y abrazarme por la espalda… Daría lo que fuera por volver al primer momento en que me abrazaste por la espalda: mi terraza, media noche, brisa fresca, sonando en mi Blackberry “Me gusta así”. En ese momento supe que no tenía que dejarte ir, que tendría que apañármelas para que te quedaras conmigo, para que te quedaras eternamente.

Lo peor de todo es que en ese “eternamente” no contemplé la posibilidad de que te quedaras conmigo para siempre, pero sin mí. Y te parecerá absurdo pero yo no soy sin ti, solo soy contigo, y llevo cuatro meses sin rumbo, intentando buscar otro camino, pero es que el camino es único, los demás solo son senderos de efímeras sonrisas y risas, pero solo hay un verdadero camino a la felicidad, a la felicidad de tus besos, de tu jodido brillo en los ojos, por qué no me dejas estar a tu lado, solo quiero estar a tu lado, déjame olerte una vez más, déjame amarte como te estoy llorando.

Cómo aquél acento que busca su palabra, así estoy yo.

Lo que está muy claro aquí es que yo he venido a por ti, no me digas que no tienes nada para darme amor.

Apurar cielos pretendo,

ya que me tratais así,

¿qué delito cometí contra vosotros nadiendo?

aunque si nadie ya entiendo

que delito he cometido.

Bastante causa ha tenido 

vuestra justicia y rigor

pues el delito mayor del hombre es haber nacido.

Solo quisiera saber 

para apurar mis desvelos,

dejando a parte cielos

el delito de nacer

¿qué más os pude ofender para castigarme más?

¿No nacieron los demás?

Pues si los demás nacieron

qué privilegios tuvieron que yo no gocé jamás.

Nace el ave y con las galas

que le dan belleza suma

apenas es flor de pluma 

o ramillete con alas

cuando las etéreas salas 

cortan con velocidad,

negándose a la piedad

del nido que deja en calma

y teniendo yo más alma

¿TENGO MENOS LIBERTAD?

Mi circustancia.

Hola vida mía, hoy es un día especial, un día que nunca olvidaré por el frío, por la lluvia y por todos los fenómenos meteorológicos que están rodeándome, me hallo escuchando bandas sonoras de películas, una afición que tengo desde hace tiempo y que me ayuda a reflexionar sobre mi vida y acontecimientos; ya que como diría un gran filósofo, “yo soy yo y mi circunstancia”… sabias, muy sabias palabras que definen una verdad tan terrible como perfecta.

A veces las circunstancias te ayudan, como puede ser cuando apareciste tú, otras veces las circunstancias no favorecen que haya un buen clima, y desestabilizan por completo la existencia de uno, como son las malas relaciones o relaciones equivocadas, errores, improvistos indeseables que nadie quiere en su vida, etc.

Brindemos hoy por las cosas buenas que llegan de repente, como un día con lluvia que te sorprende y te hace disfrutar de un día en casa como nunca, simplemente recordándote, imaginándote y teniendo suerte, poder estar a tu lado, una película larga, una manta,… ¿¿Y para qué queremos más????

Pues por esos momentos, hoy por hoy somos felices.

Un saludo a todos.

Buenas noches

Esas buenas noches que hacen que sean los mejores días que pasa uno, porque cuando esa persona te las da todo cambia, todo está bien, todo cuadra en tu vida y lo malo deja de importar, simplemente por unos breves momentos, los necesarios para irte perfecto a dormir, acurrucado en tu cama pensando en que el mundo no podría concebirse sin esa persona.

Un aplauso por todas esas noches que dormimos a gusto por ese Buenas Noches. Por ese sentimiento que hace que jamás te apagues, que jamás tu vida vuelva a ser como justo un instante antes de esas dos simples palabras…

Buenas Noches con mayúsculas a todos.

No os pasa que cuanto más os esforzais en algo...peor os sale.

Me está pasando esta semana y ando agobiada. Simplemente hago las cosas como creo que son correctas. Intento complacer a las personas que me importan y a sus allegados, pero siempre siendo sincera, nunca me ha molado la gente falsa y desde luego yo no voy a ser.

Llegaste a mi vida como una bocanada de aire fresco y a la vez cálido con olor a Jean Paul Goltier y es esa bocanada la que necesito cada día, la que me anima a seguir y a luchar, la que nunca me deja caer, la que me apoya incondicionalmente, la que me arropa por las noches y me acaricia por las mañanas.

Y cómo sentirse si otras bocanadas del entorno de la bocanada jefe no comparten este cariño que tenemos, y si les jode por h o por b, y si yo amanezco tan feliz y acabo siempre aguantándome las ganas de matar a alguien que hace algun comentario que me sienta mal...

¿Contra quien manifestar ese malestar? ¿Contra la bocanada jefe? La que me da vida y alegra. No. ¿Y contra quien comenta? Tampoco, he de respetar su opinión.

Y así es como voy acumulando poco a poco y me voy apagando, hasta volver al estado original en el que me conociste.

Nuestras abuelas eran amigas desde muy pequeñas, y ya sabéis que en los pueblos todos se conocen y era de esperar que viviendo sus madres en la misma calle, se hicieran amigas.

Sin embargo, nuestras madres no hicieron vida en el pueblo, su madre partió para Ciudad Real y la mía para Madrid. Pero, ellas mantuvieron el contacto. Todos los veranos desde muy pequeñas nos juntábamos en su casa del pueblo o en la mía y jugábamos a todos los juegos  a los que pueden jugar dos niñas de parvulitos. Muñecas, nenucos, carricoches, juegos de mesa. Cuando crecimos un poco más y ya éramos niñas de primaria nos pasábamos las tardes jugando con globos de agua y viendo telenovelas. Nuestros padres siempre nos dejaban en el pueblo con nuestras respectivas abuelas y luego nos venían a ver los fines de semana. Y eran los mejores fines de semana de la historia, os lo puedo asegurar que los he vivido. Mis padres nos llevaban al río y como éramos muchos para un coche de 5 plazas mi amiga y yo íbamos en el maletero. Tranquilos, mi padres llevaba mucho cuidado para no tener ningún accidente. Cuando estábamos en el río hinchábamos la barca, nos calzábamos las cangrejeras  y nos dedicábamos a chapotear en el agua. Luego dábamos  una vuelta con mi madre en busca de zarzas y moras para merendar. Cuando caía la tarde hacíamos una merienda cena con bebida, con melón y sandía y un bocata… ¡ah y por supuestos las moras! Fueron tiempos muy buenos, jugando a las cartas en la piscina y fingiendo bodas para poder tirar arroz. Esa ilusión, esa inocencia que poco a poco se fue convirtiendo en risas en carnavales y alguna copa de más.  Fiestas del pueblo, maquillaje, copas, pitis, sonrisas, mucha gente, noche, dormir por la mañana y lo mejor: que me mandase callar a voz en grito porque llegábamos más tarde de lo que sus padres nos habían dicho. En voz en grito, y a mí me daba la risa y a ella se le contagiaba…

Han sido muy buenos momentos y no los cambio por nada. Esos guantazos intentando patinar sobre hielo, esos videos en el teleférico, esas películas a escondidas, esos “presumiendo que lo sabe todo”… (8), y sobre todo esos “qué bien lo parió su madre”. Esos momentos con ella no los cambio por nada. Ojalá la pudiera abrazar ahora, la echo mucho de menos y más le vale echarme de menos a mí, já. Espero que pase unos increíbles 18. Y que sepa que la quiero mucho.

Hoy en nuestro primer blog, queremos publicar un texto que nos inspiró a crear esta web. Y bien, allá va:

Entonces apareció él. Una forma insesperada de conocer a alguien. Un ente lleno de energía, buen rollo y todo risas. Era dificil resistirse a algo tan risueño y más si os digo que estaba inmersa en algo que me hacía hundirme a la mínima, u continuo desánimo. Pero ¿y sí esa felicidad que me transmitía era tan solo momentanea? Y si era tan efímera como la felicidad química que te puede dar un cigarro de la risa.

Pensé pues mucho en ello, en si el riesgo merecería la pena en mi estado, pensé en si estaba en las condiciones para hacerle feliz...y entonces cogí un autobús y me fui a verle, quería abrazarle, olerle y que cumpliera toda las cosas que me había prometido.

Y a más de un año de esta decisión sigo sin arrepentirme de esas 5 horas de bus, ni de todas las peleas que hemos pasado, ni de las ralladas... Es más, soy feliz, por una vez, y cada vez que recuerde esa ilusión por comerte a besos hasta reventarse la sonrisa, seré feliz.